lunes, 21 de septiembre de 2009

Primas hermanas

Últimamente estoy viviendo desde relativamente cerca el abandono, por parte de “dóminas profesionales” de la escena, valga la redundancia, profesional.

Cenando con una de ellas utilizó la expresión que titula este artículo y a la que me referiré más adelante en un acto heroico de admisión de la cercanía existente entre el sexo de pago y dominación.

Uno no tiene mas que darse una vuelta por Internet para leer por activa y por pasiva la frase “dominación no es prostitución” en tantos idiomas como traducciones de “El Quijote” existen.

Eso por no mencionar que la persona que abona un “tributo” de €200 por jugar una hora no es un cliente, sino un esclavo. Y si además se excita con ello es un esclavo cerdo (subgénero de esclavo no eunuco).

Pongamos las cosas en su sitio, decir que la dominación no está mínimamente asociada a la prostitución es como decir que el BDSM no tiene nada que ver con sexo.

Total que si cuando practicamos BDSM tenemos un orgasmo este no es real sino provocado por la conexión “físicomántrica” existente entre el roce de las cuerdas y alguna zona erógena desplazada de nuestro cuerpo. Porque claro, una Mistress no toca las partes de su esclavo cuando le ata los testículos, simplemente se produce un roce circunstancial sin ánimo de lucro (léase de excitación sexual).

Vale, ya me imagino a la armada dominante profesional poniendo un grito en el cielo porque estoy empezando a equiparar la dominación con la prostitución, así que me remito al título de este artículo para evitar ser inmediatamente lapidado.

Continuará …

2 comentarios:

Dantonmaltes dijo...

Totalmente de acuerdo. Lo que duele es que la prostitución se sigue viendo como una lacra. Pagar por sexo no debería de ser tan problemático.

Pipinkos dijo...

Gracias Dantonmaltes.

El artículo ha tocado su fin.