Después de varios intentos fallidos, este año, por fin acudí a la fiesta de Demonia, formalmente llamada “Nuit Demonia 8”. Después de todo, más vale tarde que nunca y tan sólo me había perdido las siete anteriores. Afortunadamente iba bien acompañado así que la espera había merecido la pena.
El calendario, parecía a primera vista bastante completo, ya que podría asistir a diversos eventos, desde el miércoles hasta el domingo. Sin embargo, la fiesta principal (Nuit Demonia) sería el jueves día 6. Eso por no mencionar las dos exposiciones ajenas a Demonia que bien se merecerán una mención especial en este blog.
Total que allí estaba, puntual a la cita cuando el taxi paró en la puerta de “La Loco”; una enorme discoteca que desde fuera te hace pensar que se trata de un cine de barrio, justo al lado del famoso “Mouline Rouge”.
Si bien el sitio resulta algo más que viejo, tiene cierto prestigio. La organización, fue bajo mi punto de vista adecuada a una fiesta de estas características, aunque con tres graves excepciones.
En primer lugar daba la sensación de que el aforo se había excedido con creces. Costaba moverse por el local y a algunas zonas era simplemente imposible acceder. Esto implicó no poder disfrutar de algunos de los espectáculos que se organizaron y entre los que sin lugar a dudas destacó el de la mujer que hizo un autobondage en suspensión (sí, lo he escrito bien). Fue simplemente espectacular.
El exceso de aforo hizo que los no fumadores sufriésemos más de cuenta. ¿Para cuándo una Ley Europea que nos proteja?
Y por último, sin lugar a dudas el gran fiasco vino del uso indiscriminado de cámaras de fotos; muy a pesar de que estaba prohibido introducirlas en el local, pues había fotógrafos acreditados (enhorabuena Jan).
Sin embargo, con estas excepciones, la experiencia fue fantástica, en particular desde un punto de vista fetichista voyeurista. No sólo había auténticas bellezas enfundadas en látex, sino hasta un señor disfrazado de Latexbarbaroja del Siglo XXI con su bucanero uniforme. Me muero de ganas de vestir algo tan original.
Como en todas las fiestas a las que he asistido siempre hay algo que mejorar pero la experiencia me dice que organizar eventos, particularmente tan multitudinarios no es tarea fácil. Por eso, antes de continuar quisiera dar la enhorabuena a los organizadores por su valentía (va por vosotros Laurence & Francis).
La cena, rodeados de tanta belleza fue algo puramente circunstancial. Había que comer algo y comimos pero, el cerebro y, sobre todo, los ojos estaban persiguiendo enfermeras, dominatrixes, piratas, muñecas, corsets, interminables tacones y por supuesto; persiguiendo a todas esas damas que se sentaban a nuestro lado y que por respeto no menciono aunque me consta que ellas se dan por aludidas.
Tan sólo eché en falta algo de juego que por necesidades del guión y exceso de participantes no fue posible.
Por último, quisiera mencionar a quien sin lugar a dudas fue la estrella no de una, sino de las dos veladas; nuestra amiga Nicole, Demonia no hubiese sido lo mismo sin ti. Eso sin mencionar que el concurso fue una farsa vestida de látex.
¿Y el año que viene?, volveré, sin duda y espero retornar con menos ansiedad.