domingo, 31 de mayo de 2009

No hay dos sin tres

Ayer, o quizás debería decir hoy, culminó un trío de experiencias de esas que me hacen sentir súper bien. De esas por las que merece la pena, con creces, ser switch.

El jueves tuve mi segundo encuentro con las agujas de la mano de “Sidney”, una mujer simplemente especial. Su poder, su mirada, su yo qué sé, me hizo desear que una tras otra, las agujas perforaran mi piel.

Por fin, después de tantos años fui capaz de superar uno de esos tabúes que tenía atascados y me enfrenté a algo, que no sólo sirve para sacar sangre y poner vías. ¡Qué pasada fue sentir el fino metal atravesar un pezón!

Después de la mano de Gracia volví a visitar un sitio mítico de esos que uno no puede dejar de visitar en alguna vida. Bizarradies es simplemente el mejor “Mundo BDSM” que conozco y os recomiendo encarecidamente que lo visitéis.

No os dejéis engañar por las apariencias y recordad que este sitio está abierto a todas, todas las tendencias independientemente del rol, sexo y/o fantasías a practicar.

Y por último ayer (hoy), pasé una noche espectacular de la mano de Fosk en el Rubber Sabbat que en mi opinión fue la mejor fiesta en el Dark a la que he asistido; por no mencionar esa enfermera que no sólo ganó el concurso a la mejor vestimenta, sino que me ayudó a tejer ese corsé tan especial.

Vaya una especial dedicatoria a esa chica y a ese chico que me permitieron ejercer de sastre improvisado. Fue una absoluta pasada coseros y espero que no sea la última vez. Gracias E, Gracias L, Gracias D, gracias de todo corazón.

Ahora toca desconectar, la vida sigue, mucho me temo …

Sumo sacerdote Helmut Newton

El País

LOLA HUETE MACHADO 31/05/2009

El fotógrafo alemán huyó del Berlín nazi y regresó, ya famoso, para abrir un museo donde guardar su obra exquisita y su memoria. Allí celebran hoy los diez años de ‘Sumo’, un libro-icono del que Newton fue arte y parte.

Una escena digna de ser retratada: el editor Benedikt Taschen baja a todo correr las escaleras señoriales de la Fundación Helmut Newton en Berlín. Y durante un segundo, su imagen queda ahí, congelada: su cuerpo, bajo los cuerpos de cinco modelos en cueros allá en lo alto... Un hombre famoso, mujeres poderosas, provocación y ambiente palaciego... No hay duda, aquí se respira el espíritu exquisito de Helmut Newton. Ésta es su casa. Desde las salas se oyen los altavoces de la estación Zoologischer Garten anunciando los trenes que vienen y van. "Bajen, por favor; suban, por favor...". Fue el eco de este ajetreo —el mismo que el fotógrafo berlinés oyó el día de 1938 que abandonó su ciudad natal entonces nazificada— lo que le decidió a elegir como sede de su archivo este edificio construido en 1909 por el rey de Prusia para sus oficiales. El mismo Newton lo recuerda en su Autobiografía: "El interior... está casi en perfectas condiciones, como si me esperara... Desde las ventanas se ve... el muelle desde el que me despedí de mis padres hace 64 años al partir rumbo al ancho y vasto mundo. No soy un sentimental, pero no pude reprimir cierto escalofrío al revivir aquel día".

“Movía mucho a sus personajes, y luego sólo disparaba dos, tres veces... Y ya”,dice Harder, comisario de la Fundación

Y no era todo: ahí, en las escaleras de este palacio, antaño casino militar, colgaban originalmente imágenes avejentadas de cinco militares prusianos con el tradicional empaque... Newton, pura imaginación como era, lo visualizó a la primera: aquél era el sitio. Aquellos cuerpos uniformados del pasado eran ideales para ser sustituidos por las féminas desnudas, glamourosas, frías, altivas, inasibles, que había retratado en serie (Big nudes) desde los años ochenta... Quedaba descrita, así, en esa pared-mural su propia vida: del ejército a la moda; de Berlín a Berlín; del inicio al fin. Pero Benedikt ahora no lo piensa... sólo se apresura para supervisar la que será la próxima exposición: la del décimo aniversario de Sumo, ese libro-icono (que lleva, además, en portada a una de estas mujeres, ver abajo) que fotógrafo y editor montaron en 1999 mano a mano.

Sí, en este palacio se guardaría y mostraría su colección, su memoria... Era 2002. El centro se inauguró en 2004. Pero Newton no lo vio. El creador del porno chic, el mirón elegante, el dandi de la fotografía, se estrelló con su coche al salir del hotel Chateau Marmont de Los Ángeles en enero de 2004. "Quizá otra vez el corazón le jugó una mala pasada; mira, éstas son las esquelas, las condolencias, las reacciones...", dice el comisario Matthias Harder enseñando su museo. La obra ingente y el itinerario personal y profesional de Newton son reflejo de un siglo: de la vida burguesa y judía de su niñez, los primeros amores y las revistas ilustradas berlinesas que luego él reinventaría como Newton's Illustrated, al horror de Hitler, los bienes familiares que se esfuman, el padre al que ya nunca volverá a ver... Y en su huida, Singapur, el sexo, Australia, el Ejército... Y June, alias Alice Springs, la actriz que apareció un día de 1946 y con la que estaría casado más de medio siglo. "Todas las otras chicas, en realidad, eran para follar. Con ella había otras dimensiones", escribió Newton definiendo a su modo el amor. Poco a poco, se hace un hueco en las revistas; crece su fama y se habla de su mirada artística: bohemio, pero elegante; distante, pero estimulante; sofisticado, pero humano.

Trabajo, trabajo, trabajo... Aquí se ve a Newton en acción, en los vídeos Helmut at work con el making of de sus sesiones con Jeanne Moreau, Armani, Vanessa Redgrave... "Movía mucho a sus personajes, y luego sólo disparaba dos, tres veces... y ya", dice Harder.

Hay fotos familiares, portadas (Vogue, Elle, Nova...), sesiones de moda (de los sesenta y setenta, reunidas en la muestra Fired!, que es como ir a beber de las fuentes), pósters, calendarios "alimenticios"..., libros (siempre Isherwood y las Berliner Illustrated) y hasta su despacho último o su todoterreno hortera, azul y cromo. "Todo está aquí gracias al afán de June, que, a sus 86 años, aún tiene esa fuerza tan especial; ella lo mantiene vivo". Tanto, que han batido un récord de visitantes: más de 600.000 en un lustro.

Otra escena fotográfica. Otra vez gente que corre. Sucedió hace una década. Lo cuenta June: "Un día de 1997, Helmut recibió una llamada del editor alemán; le dijo que estaba en Los Ángeles y tenía algo que enseñarle. Fue, y al poco me llamó él a mí diciéndome que dejara todo y corriera a verle... Aquello fue el principio de lo que sería una magnífica pieza de trabajo...". El producto del encuentro y el diálogo entre fotógrafo y editor se llamó Sumo. Una obra de arte en sí, exclusiva, expuesta en museos, muy querida por los coleccionistas. Y otro de los retos asumidos (y conseguidos) por Newton: casi 400 fotografías, la mayoría inéditas, en 35,5 kilos de libro; un festín de retratos y cuerpos, de erotismo y moda... "La pretensión era mostrarle como en uno de esos compendios del XIX, ver a las modelos casi vivas, tangibles", dirá Benedikt. Convertir una obra gráfica fundamental en una suerte de exhibición privada. El fotógrafo, dice, lo entendió enseguida.

Y ahora, 10 años después, el editor alemán que nunca para -salvo para mirar fotos o layouts- se reencuentra de nuevo con la obra del maestro Newton, aventurero, provocador y puntilloso como él. "Cruzarnos en nuestro camino fue fundamental para mí y la editorial", dice. Sobre todo, le agradece el riesgo que asumió ("Era mayor para él que para mí; él era famoso, si el libro no era perfecto, podía sufrir las consecuencias. Pero ni lo dudó") y la enorme sabiduría que le aportó durante el proceso de elaboración: "La manera de mirar, de seleccionar... Aprendí cómo piensa y trabaja un artista, cómo se comunica y siente... Y me hizo conocer a mucha gente. Me encantó que funcionara. Lo merecía". Sumo fue un éxito y la base del valor de la editorial Taschen, asegura. "Hay dos libros muy importantes para nosotros: el primero que editamos, en 1985, y éste". Gracias a ellos pudieron producir otros y seguir arriesgándose tras la obra perfecta. ¿Y por qué pensó en Newton para su libro mayor? "Fue automático. El Sumo era él".

'Sumo', Editorial Taschen; 100 euros. La exposición, hasta enero en la Fundación Helmut Newton de Berlín.

jueves, 21 de mayo de 2009

Felicidades Lord B Orgía

Ayer me invitaron a uno de esos cumpleaños que a pesar de ser inesperado fue divertidísimo.

Presiento que el agraciado no olvidará el día que le arrancaron los calzoncillos y juró venganza en el próximo cumpleaños. Prometo colaborar en la venganza.

Felicidades Lord B Orgía, otra vez.

viernes, 8 de mayo de 2009

Paz Mental

Hola,

Como siempre es un alegría recibir un mensaje tuyo, a pesar de que ambos estemos pasando por momentos difíciles.

Yo suelo decir que lo bueno (y malo) que tiene el BDSM es que pasas de la nada al todo en muy poco tiempo. Esto implica que no suele haber un proceso de conocimiento mutuo que, sin embargo, sí es habitual en otro tipo de relaciones. Todo es pasión, y la pasión a veces se desinfla.

Nuestro juego, por llamarlo de alguna forma, empezó intensamente y como todo en la vida se ha ido diluyendo por razones que no vienen al caso. Lo cierto, es que si no nos vemos, es porque no hay interés en que lo hagamos. ¿O sí?

Como ya sabes, estoy en un fase crítica de mi vida en la que puedo pasar de estar medio mal (como ahora estoy), a mucho mejor (como deseo) y a muy mal (como temo). Esto hace, que mis sentimientos estén a flor de piel como quedó demostrado ese día. Pero eso, querida amiga, es mi problema, no el tuyo.

Hoy por hoy, lo único que necesito es, como dice un amigo, "Paz Mental" y desterrar de mi cabeza aquellas cosas que me alteran.

Yo te tengo cariño, no lo puedo negar, pero tampoco puedo negar que estoy tristón y como dice el refrán, espero que vengan tiempos mejores.

Te deseo lo mejor.

Un besito.

Pipinkos

PD: Este mensaje esta dedicado a ti, a vosotros, a mi mismo.