Una "esclavizante" experiencia
Dícese que todo lo que empieza termina y, terminar este
maravilloso y agotador fin de semana no podía ser una excepción por mucho que
el deseo de vivir una fantasía inagotable, una historia interminable, permanezca
en ese huequecito de nuestros corazones donde viven las fantasías. Si además,
uno ha podido ver la cara de satisfacción de los asistentes a tan singular
evento, la ecuación es casi perfecta por muy esclavizante que haya sido
participar como “staff”, en el primer evento de estas características que se
celebra en España, dedicado exclusivamente a la dominación femenina.
Ha pasado mucho tiempo desde que empezó a gestarse la idea y
el esfuerzo, por parte de varias personas ha sido inmensurable pero, la sensación
del trabajo bien hecho, me hace sentir feliz, porque por primera vez ha sido
posible replicar el concepto OWK en mi país, aunque haya sido a una escala
mucho menor.
Fui asiduo visitante del OWK y otros sitios similares pero
como tal, nunca había llegado a percibir hasta que punto es laborioso conseguir
que todos los engranajes de la maquinaria funcionen para el deleite de los
asistentes, incluyendo tanto a las de arriba como a los de abajo.
El viernes fue un día muy largo pues si bien organizar un
evento de este calibre había llevado mucho tiempo, era el día D y ya no había
vuelta atrás. Armados con todo lo necesario para hacer de este fin de semana
algo inolvidable, partimos hacia
nuestro destino a primera hora de la mañana. Creedme si os digo, que llevar
jaulas, cepos, látigos, esposas, ropa, comida, bebida, e infinidad de otros
objetos para celebrar un evento tan especial en un bosque no es nada fácil.
Sabía lo que implicaba organizar un evento en un “nuestra casa fetteratiana”
pero, trasladar parte de Fetterati y su esencia a una mansión en mitad de la
sierra, es arena de otro costal.
El resto del fin de semana, problemas incluidos, fue como la
seda y pudimos apreciar hasta que punto el trabajo previamente hecho había
merecido la pena. Hubo momentos gloriosos que permanecerán por largo tiempo en
mi memoria. Hubo momentos tremendamente complicados, “organizativamente
hablando”, que es mejor olvidar pero, el resultado ha sido tan espectacular que
uno no puede sino mirar al futuro con el deseo de repetir tan peculiar
experiencia.
Mi primer agradecimiento es y lo será siempre para quien me
acompaña y, a quien acompaño, en este largo viaje que es intentar poner nuestro
granito de arena para cambiar la situación del BDSM en este país, intentando
equipararla al resto de los países civilizadamente bedesemeros. No hace falta
que diga el nombre porque, su nombre ya viene escrito en mis palabras.
Mi segundo agradecimiento es para mi compañero de cocina, de
transporte, de avituallamiento, de todo lo demás. Esa persona sin la que este
evento y probablemente Fetterati, simplemente no hubiese existido y a la que
tanto tenemos que agradecer, aunque casi siempre se quede en la sombra.
Mi tercer agradecimiento es para un amigo que ha sido el
apoyo necesario para que todo funcionase a la perfección.
Mi cuarto agradecimiento es, por supuesto, para los
asistentes que han confiado en nosotros e incluso han venido de muy lejos
sabiendo que una sonrisa de satisfacción les acompañaría en su viaje de regreso
a casa.
Y puesto que lo mejor siempre se deja para el final, mi
último agradecimiento es, como no podría ser de otra forma, para las 5 damas
que han hecho posible el Wicked Weekend y en especial para una de ellas que
guardará siempre la llave de mi rebelde sumisión.
Gracias de todo corazón.