Los cinturones de castidad siempre han formado parte de mis fantasías sexuales y de hecho colecciono estos artilugios como alguno/a ya sabe o incluso ha probado.
Sin embargo, no es la castidad en sí lo que me atrae ya que de casto tengo poco; lo que me fascina es ceder temporalmente el control sobre el sexo a una tercera persona de modo que esa negación termina convirtiéndose en afrodisíaca.
De hecho, no me interesa en absoluto permanecer o hacer permanecer a alguien bajo llave, sino que otra persona decida cuándo es el momento de abrir la caja de Pandora.
Por otro lado soy un fetichista incurable de los tacones y sinceramente obligaría a bastantes mujeres a permanecer subidas en sus plataformas de forma continua (perdón)
Por eso, descubrir esta web ha sido una grata sorpresa pues combina dos de mis mayores fetichismos.
Que ustedes lo anden bien (atado)
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