Diario de una Swinger
Con los ojos cerrados, con la voz de Kenji Kawai condensando el aire, y sabiéndome observada por muchas miradas lascivas, me abandoné al buen hacer de Pip, y a varias manos sabias que recorrían mi cuerpo mientras yo trataba de no pensar; sólo sentir. Comencé por notar un leve hormigueo que se generaba en los labios mayores e iba abriéndose camino hasta el fondo de la vagina. Cuando el ritmo del potenciómetro aumentó, las sensaciones fueron creciendo en intensidad.
Primero pensé que era dominante, después que era sumiso y ahora, años después me siento orgulloso de poder decir que soy switch. ¿Jugamos?
jueves, 18 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Fantasía tricolor
Todo empezó una fría noche de Enero, de esas en las que el látex que nadie ve pero tú sientes, propaga los escalofríos por tu piel.
Las paredes eran blancas, su ropa era negra y la atracción estaba al rojo vivo en una fantasía tricolor. Se paseaba por el lugar como pez en el agua, segura de su poder, de ese poder que resulta innato en algunas personas y propio en ella.
Él, miraba de reojo y cuando podía miraba sin pudor, con el deseo de ser sorprendido, con el deseo de ser reprendido. Su timidez, de la que suele hacer gala, no le permitían llegar a más, su deseo de arrodillarse le impedían mantener el equilibrio. Le resultaba difícil conversar con sus amigos, cuando su mente, cuando sus deseos estaban a los pies de ella.
Cada loco con su tema, la noche transcurrió como lo hacen todas estas veladas en las que el látex se mezcla con sexo, el sexo con ansiedad, la ansiedad con placer ...
...el placer de haberla conocido.
Al final llegó el momento y pudo saludarla con una voz temblorosa pero deseosa.
Desde entonces, ha permanecido en su mente como si siempre hubiese estado allí, como si fuese su dueña. Ha compartido inconscientemente momentos de pasión, de entrega, de dolor, de ansiedad, de placer, de soledad.
Se ha convertido en un icono al que adorar.
Para ti, con dolor.
Las paredes eran blancas, su ropa era negra y la atracción estaba al rojo vivo en una fantasía tricolor. Se paseaba por el lugar como pez en el agua, segura de su poder, de ese poder que resulta innato en algunas personas y propio en ella.
Él, miraba de reojo y cuando podía miraba sin pudor, con el deseo de ser sorprendido, con el deseo de ser reprendido. Su timidez, de la que suele hacer gala, no le permitían llegar a más, su deseo de arrodillarse le impedían mantener el equilibrio. Le resultaba difícil conversar con sus amigos, cuando su mente, cuando sus deseos estaban a los pies de ella.
Cada loco con su tema, la noche transcurrió como lo hacen todas estas veladas en las que el látex se mezcla con sexo, el sexo con ansiedad, la ansiedad con placer ...
...el placer de haberla conocido.
Al final llegó el momento y pudo saludarla con una voz temblorosa pero deseosa.
Desde entonces, ha permanecido en su mente como si siempre hubiese estado allí, como si fuese su dueña. Ha compartido inconscientemente momentos de pasión, de entrega, de dolor, de ansiedad, de placer, de soledad.
Se ha convertido en un icono al que adorar.
Para ti, con dolor.
viernes, 5 de marzo de 2010
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