Ya han pasado casi 24 horas desde la desagradable experiencia de ayer y todavía sigo intentando asimilar lo ocurrido.
¿Cómo es posible que alguien quiera hacer un daño injustificado y por supuesto, no deseado, por el mero hecho de sentir que tiene el poder de hacerlo?
No estoy seguro de si lo que ocurrió ayer fue la consecuencia de una actitud agresiva y casi psicópata o, como parece más probable, el resultado de un consumo excesivo de alcohol.
Los que estaban allí aseguran que lo segundo no era el caso y, lo único cierto es que yo sufrí las consecuencias.
No es la primera vez que ocurre, no es la primera vez que alguien se siente dueño de la galaxia y con derecho de herir a otra persona. Lo había vivido antes, en un viaje a Francia, pero nunca pensé que llegaría a vivirlo de la mano de alguien como tú.
No sé si leerás estas palabras y para serte sincero no me importa.
Sólo sé que usaste a personas muy especiales, para tu satisfacer tus crueles deseos, convirtiéndome en un simple daño colateral.
Por si esto fuera poco, desapareciste de la forma más deleznable que puedo imaginar, olvidando incluso tus propias pertenencias como si quisieses huir de ti misma.
Tiraste la piedra y saliste corriendo en un indescriptible acto de cobardía que sin lugar a dudas te define como persona.
Tan sólo una cosa más: te deseo, como a todo el mundo, lo mejor en tu vida pero; te lo deseo lejos, muy lejos de mi y de los que están a mi lado (incluso en la distancia), en estos difíciles momentos.
3 comentarios:
Seres de este tipo los hay a puñaos'. Lamento que os cruzárais con uno.
Un abrazo, caballero...
Espero que vaya mejorando poco a poco el dolor físico
lamento que te haya tocado encontrarte un "detritus" de esos que a veces andan por ahi sueltos. Lo mejor es señalarlos, y que no caiga mas gente ahi...
Publicar un comentario